CUENTOS, LEYENDAS, POEMAS...
DE COMETAS Y VIENTOS.

domingo, 30 de octubre de 2011

KITE



(saposaraso)

miércoles, 26 de octubre de 2011

lunes, 24 de octubre de 2011

En Curazao




en BRASIL

En BERMUDAS

 Balinese kites

En Australia


Como las cometas.


Erma Bombeck escribió un artículo comparando a los niños con los cometas.
“Te pasas la vida tratando de hacerlas volar. Corres con ellas hasta quedar sin aliento. Caen al suelo. Chocan con los tejados.
Tu la remiendas, las consuelas, las ajustas, y les enseñas. Observas cómo el viento las mece y les aseguras que un día podrán volar.
Finalmente vuelan. Necesitan más hilo y tú sueltas más y más y sabes que muy pronto la bella criatura se desprenderá de la cuerda se salvamento que la ata y se elevará por los aires, como se espera que lo haga, libre y sola. Sólo entonces te das cuenta de que has hecho bien tu trabajo."




Del libro: "Aplícate el cuento".
Imágen: MartaPhotography.

Tarjeta

Obra de Javier Ortas
"Aquella noche era el turno de viajar al sueño de Juan.
Resultó ser cierto lo que nos había contado, la sensación de vértigo en los sueños se convertía en un fuerte cosquilleo en el estómago que te empujaba a saltar.
Una de las cometas se coló rápidamente por la rendija de la puerta y una larga escalera se asomó, invitándonos a bajar.
Claudia fué la primera. "

aldea cometas fase1Del blog Macus Romero
04- También le gustan las cometas a Ann
Del libro: También le gustan las cometas a Ann (Rocío Martínez)
Tinta sobre papel de algodón
Editorial: Gakken Co

En Panamá

Cuando sea grande voy a ser piloto de avión

Aunque no parezca, eso vuela
Ilustración de un corazón que flota o vuela gracias a las cometas que lleva atadas a su cuerpo. Cometas – sentimientos que surgen del corazón por medio de unos hilos negros y algo rígidos.
(Cristina Alejos)

Ilustración Corazón con cometas de sentimientos

Los niños y las cometas - cuadro de punto de Ana Valencia Sierra (Colombia)

martes, 18 de octubre de 2011

EN ESTAMBUL


EN MALASIA



EN KABUL

kabul may 2003

kabul may 2003

UN CIELO, UN MUNDO




Cada segundo domingo de Octubre, en diversos países del planeta se lleva a cabo la celebración  O.S.O.W. - One Sky One World -Un Cielo Un Mundo. El propósito de esta celebración es "...promover el concepto de armonía global y el entendimiento entre todas las personas del mundo mediante la expresión de universalidad de los barriletes y el viento".

HISTORIA DEL KITESURF


Aunque el deporte del kitesurf es muy reciente, la idea de utilizar las cometas como medio de propulsión no es nueva. Durante el siglo XII, XIII y XIV varias comunidades de pescadores y marineros de indonesia, polinesia y china utilizaba las cometas para arrastrar sus embarcaciones.
A principios de siglo XIX, el inventor británico George Pocock patentó un sistema de tracción con cometas para carros y embarcaciones. Realizó varias pruebas y batió varios records. Sus barcos podían navegar en rumbos a menos de 90 grados contra la dirección del viento.
En noviembre de 1903, el inventor americano Samuel Cody atravesó en Canal de la Mancha navegando con cometas.
En 1970, el inglés Peter Powel inventó la cometa de 2 líneas, y construyo una cometa en forma de delta con la que navegó en pequeños botes.
En octubre de 1977, el inventor de los Países Bajos Gijsbertus Adrianus Panhuise consigue la primera patente para nuestro deporte. La patente describía un deporte en el cual se navegaba utilizando una tabla de surf traccionada por una especie de “paracaidas” al que está unido por un arnés. Aunque esta patente no se explotó comercialmente, Gijsbertus Adrianus Panhuise se podría considerar como el primer kitesurfista.
En 1978, el estadounidense Dave Culp diseñó el la primera cometa con el borde de ataque inchable. A principios de los años 80, Arnaud de Rosnay (Francia), durante una de sus travesías del canal, utilizó una tabla y una cometa en vez de una vela de windsurf. En la misma época, Andreas Kuhn (Suiza), realizó pruebas con un híbrido entre el esquí y el parapente.
En 1985 los hermanos Dominique y de Bruno Legaignoux (Francia) hicieron una demostración de navegación sobre esquís traccionados por cometas en la Brest International Speed Week. En 1987 consiguen la patente de la primera cometa que puede despegar desde el agua. En el mismo período, Cory Roeseler (los E.E.U.U.) es el primer navegante en conseguir rumbos contra el viento en esta nueva era de la navegación con cometas.
Uno de los hermanos Legaignoux en la Brest International Speed Week de 1985.
El reconocimiento definitivo de este deporte se dió cuando windsurfistas de renombre internacional pasaron a practicar el kitesurf como diversión. Entre ellos, el que más destacó fué Robby Naish.
En 1996, en el catálogo de la marca de ropa Oxbow aparecía Laird Hamilton practicando un extraño deporte, mezcla de surf, windsurf y buggy: el kitesurf. Su labor conjuntamente con la de otros ya famosos deportistas como Manu Bertin hace que los aficionados a los deportes acuáticos conozcan el kitesurf.
A Naish le gustó tanto el kitesurfing que, además de ser uno de sus principales divulgadores, también pasó a ser uno de los más importantes fabricantes de material de kitesurf. En 1998 llega a un acuerdo con los hermanos Legaignoux para fabricar cometas con su licencia.
En ese mismo año se ven los primeros kitesurfistas en España, concretamente el la playa de Sant Pere Pescador (Gerona, Costa Brava). En esa misma playa en el año 1999 Liberto Giménez junto con el equipo de Ventilador fundan la primera escuela de kitesurf de España, la Wind Station.
( DEL BLOG KITE SURF)

miércoles, 12 de octubre de 2011

FUNDACIÓN COMETA


Os dejo aquí el enlace a la Fundación Cometa
Una iniciativa maravillosa dirigida por una mujer valiente española Fuencisla Gozalo, y que entre sus proyectos, desea construir un colegio español en Kabul, Afganistán, ofreciendo a los niños y niñas afganos la educación necesaria hasta poder acceder a la Universidad o a la Formación Profesional donde, el día de mañana, puedan conformar una sociedad que haya por fin entendido, a través de la cultura y el respeto a los derechos individuales, que la verdadera arma de la Humanidad no son las pistolas sino la palabra. Seguramente no sea más que un granito de arena en un vasto desierto, pero, como decía El Principito: ¿no es acaso cierto que lo que embellece al desierto es que esconde un pozo en cualquier parte?...


jueves, 6 de octubre de 2011


El barrilete azul



Si eres un niño o una niña quizás has escuchado que alguien te pregunte ¿Qué quieres hacer cuando seas grande?

 Quizás tu también lo hayas pensado y como todavía eres joven puedes soñar que en la mañana corres autos de carreras, que en el almuerzo enseñas en una escuela y que antes de acostarte bailas en un famoso teatro o inventas una máquina que hace las tareas. Eso por supuesto si eres un niño o una niña, pero si eres un barrilete (para algunos comenta, volantín o papagayo) nadie te va a preguntar que quieres hacer cuando seas grande, porque lo único que un barrilete quiere hacer toda la vida es volar.

Pero el barrilete de esta historia no era un barrilete común, porque mientras los otros exhibidos en la pequeña tienda esperaban impacientemente que alguien los comprara para por fin realizar su primer vuelo, nuestro pequeño barrilete azul imploraba para que nadie lo quisiera porque tenía miedo de volar.
Encontraba que eso de ser lanzado por lo aire no debía ser nada agradable y menos que el único contacto con la tierra fuera un delgado cordel ¿qué pasaría si el cordel se soltaba y quedaba a la deriva, siendo empujado por el viento hacía todos lados sin control?
Para su suerte no parecía ser muy atractivo para los niños que entusiasmados venían buscando un barrilete, su hermoso color azul parecía ser la causa, al verlo pensaban que se confundiría con el cielo y por lo tanto no podrían apreciar su vuelo.
Eso lo tranquilizaba mientras escuchaba a los otros que solo hablaban de su primer vuelo.

La libertad, que hermosa sensación de libertad debe sentirse al volar – decía el orgulloso cometa con forma de águila que posaba en el centro de la tienda.
El viento rozando y silbando a través de ti – exclamaba el volantín multicolor que estaba a su lado.
Y que me dicen de la altura, ver todo desde arriba y más allá del horizonte – señalaba el papagayo tradicional que mostraba los colores de la bandera.
“Que libertad”, “que viento”, “ni que altura”, pensaba el pequeño barrilete azul, “si estas atado a una cuerda no tienes libertad, la fuerza del viento puede romperte y las alturas dan vértigo”. Pero no decía nada, escuchaba en silencio mientras entraban los niños a la tienda a buscando un barrilete.
Pero la suerte no le fue eterna, llegó un día una pequeña niña a la que se le ocurrió que su chaleco hacía juego con el hermoso color azul del barrilete, así que se lo pidió a su papá aunque este insistía en que compraran otro.

Y así fue como una tarde, esta niña con su padre salió a volar al barrilete. Estaba muerto de miedo, temía que la pequeña niña no tuviera la suficiente fuerza para sostenerlo una vez que comenzara a soplar el viento (y ese día había mucho viento).
Que alzara el vuelo no fue tarea fácil, varias veces fue arrojado al aire para después caer en picada, si hubiera podido hablar con la niña le habría dicho que desistiera de una buena vez. Pero finalmente lo pescó una ventisca y comenzó a ascender y ascender, sentía como la fuerza del viento lo empujaba y a su vez sentía los jalones que recibía del cordel que sostenía la niña.
No quería mirar y cada vez que se elevaba sentía más miedo, “si me suelta” pensaba “si me deja ir”, “no quiero estar a la deriva” “no quiero que el viento me lleve a lugares que no conozco” “no quiero desprenderme de la tierra”.

Después de un rato de sentir como el viento lo golpeaba y silbaba a través de él se atrevió a mirar, primero se sintió mareado, pero después de un rato se acostumbró a la vista desde la altura, pudo ver la montaña y más allá el prado, todo se veía tan distinto desde arriba, hasta ahora solo había visto la tienda, la casa de la niña y la cumbre desde donde se inició su vuelo, pero ahora podía ver que más allá de la cumbre había un parque con niños jugando y más allá un poblado entero con gente caminando por las calles y un río y árboles, pudo entender de que hablaban los otros cometas de la tienda y de pronto sintió el impulso de ver más allá y jaló un poco, se estiró otro poco, un poquito más, pero sucedió lo que tanto temía, las manos de la pequeña niña no pudieron sostenerlo y quedó a la deriva.

El terror lo invadió, el cordel que le daba seguridad estaba a merced de las corrientes de aire. Primero una ráfaga lo lanzó a la izquierda, luego a la derecha, luego dio vueltas en círculo pero cuando por fin se estabilizó se sintió de nuevo atrapado por la visión del mundo desde las alturas, aunque seguía sintiendo miedo.
Divisó que detrás de los árboles aparecía una familia de conejos y también que unos metros atrás estaba un cazador que quería atraparlos, vio a un grupo de personas nadando en el río y a otras entre los árboles discutiendo, vio los colores del prado, verdes, ocres y los pájaros posados en las ramas, vio cosas que le gustaron, algunas que jamás podrá olvidar y otras que no quisiera volver a ver.

Pero algo le hizo querer detenerse: en la entrada de una pequeña casa pudo ver a un niño sentado con las manos en el rostro, parecía triste, parecía que lloraba. Entonces el barrilete esquivo las ráfagas de viento que chocaban contra él de frente, se movió a la izquierda, luego a la derecha, bajo y subió, alteó la cola para que se enredara en el poste cerca del niño y así pasó, finalmente comenzó a perder altura y calló en sus pies, el sonido de la caída hizo que el niño levantara la cara mojada y se restregara los ojos, miró sorprendido al hermoso barrilete azul que estaba enfrente y una sonrisa se dibujó en su rostro, el barrilete se sintió satisfecho.

El niño tomo el cordel y lo lanzó de nuevo al aire, corriendo por el campo, su risa se escuchaba desde lo alto. Esta vez se quedó donde estaba sintiendo la tensión del viento y de la cuerda que lo jalaba, quizás algún día volvería a volar libre, pero no se sentiría de nuevo a la deriva.


Ilustración : Beti Abel (Argentina)

Texto : Mallé Westinner (Venezuela)
Dora y el arco iris Kite Festival del Libro para imprimir

Dora & the Rainbow Kite Festival Printable Book