CUENTOS, LEYENDAS, POEMAS...
DE COMETAS Y VIENTOS.

domingo, 28 de noviembre de 2010

SOL DORMILÓN

Hace muchos, muchos años, había un pueblecito donde ocurrían cosas extrañas. El cielo, durante el día estaba muy iluminado por… ¿creéis que por un sol? Pues os equivocáis, estaba lleno de pequeños y diminutos soles...

»Los niños de este pueblecito, que por cierto se llamaba en honor a su enorme cielo “Sol dormilón”, vivían muy aburridos, porque estos solecillos eran tan, tan, pero tan dormilones, que en todo el día no abrían los ojos y entonces no podían dar luz ni calor. Así, los niños siempre estaban a oscuras y no podían divertirse ni jugar…


»Les lanzaban piruletas, caramelos, chocolatinas, para ver si al oler tanto dulce conseguían que se despertaran. Pero era inútil, los soles no querían, preferían seguir durmiendo tranquilamente…

»Y ni con esas, no había manera, los ojos de los soles, seguían cerrados. Pero de pronto, se les ocurrió una idea. Todos los niños de Sol dormilón construyeron una cometa. Cuando terminaron, las echaron a volar todas a la vez…

»Y ¿sabéis qué ocurrió? Que las cometas llegaron al cielo y comenzaron a hacer cosquillas a los solecillos, que se despertaron todas entre risas. Así, se hizo de día y empezó a haber luz y calorcito. Como los soles estaban tan contentos, lanzaron unos pequeños rayos que al tocar a cada niño los convertían en huevos de colores, y todos, los niños y los soles empezaron a reír de verse de esta guisa. Y colorín colorado este cuento ha terminado y si no has bostezado un regalo te has ganado.”

COMETAS PARA SUEÑOS ALTOS

 
Cometa de pesca de las Islas Salomón
Ilustración Corazón con cometas de sentimientos
Ilustración de un corazón que flota o vuela gracias a las cometas que lleva atadas a su cuerpo. Cometas - sentimientos que surgen del corazón por medio de unos hilos negros y algo rígidos.
Pepa se llamaba mi cometa
tenía cola rizada
era coqueta.
La eché a volar un día
cuando ví que en el cielo
se perdía.

cometas2.jpg
Me esperas en medio de un mar
a ciegas
como las cometas afganas.
eso son el lugar y mis palabras:
un papel con más esperanza
que quien lo vuela
una cometa amarrada sólo
con la mirada
José Luis Jover
Una central con forma de « tiovivo »
El Kite Wind Generator es uno de los proyectos más ambiciosos e impactantes, capaz de generar varias decenas de Megavatios gracias a la gran potencia de los fuertes vientos que soplan a varios cientos de metros de altura. El carrusel posee varios brazos pivotantes a los que están enganchados unos cables tirados por unas cometas como si se tratarán de enormes “Kite-Surfs”. La posición de las cometas está controlada electrónicamente mediante un ordenador. El giro del enorme carrusel hace girar el alternador generador de la corriente eléctrica.
Para alcanzarse la potencia eléctrica señalada, es necesario que el “tiovivo” tenga un tamaño importante de más de 100 metros de diámetro. Las ecuaciones de conversión de energía y rendimientos aseguran potencias que crecen rápidamente con las dimensiones de la instalación, alcanzando 500.000 watios con una rueda de 100 metros de diámetro, creciendo hasta 5 Megavatios para 200 metros de diámetro o alcanzando los 500 MW para 1 kilómetro de diámetro.

Mientras que en un aerogenerador típico se consiguen potencias de 100W por cada metro cuadrado de superficie de palas, el KiteGen podría hasta triplicar estas cifras. Además se obtendrían superficies útiles mucho más importantes que las de un aerogenerador típico, al utilizar grandes cometas .

Escala de Beaufort

Aunque todos los cometeros la conocéis, la incluyo en el blog para los que se acercan a este mundo:
La Escala de Beaufort es una medida empírica para la intensidad del viento, basada principalmente en el estado del mar, de sus olas y la fuerza del viento. Su nombre completo es Escala de Beaufort de la Fuerza de los Vientos.

Número de Beaufort Velocidad del viento (km/h) Denominación Efectos en tierra
0 0 a 1 Calma Calma, el humo asciende verticalmente
1 2 a 5 Ventolina El humo indica la dirección del viento
2 6 a 11 Flojito (Brisa muy débil) Se mueven las hojas de los árboles, empiezan a moverse los molinos
3 12 a 19 Flojo (Brisa débil) Se agitan las hojas, ondulan las banderas
4 20 a 28 Bonancible (Brisa moderada) Se levanta polvo y papeles, se agitan las copas de los árboles
5 29 a 38 Fresquito (Brisa fresca) Pequeños movimientos de los árboles, superficie de los lagos ondulada
6 39 a 49 Fresco (Brisa fuerte) Se mueven las ramas de los árboles, dificultad para mantener abierto el paraguas
7 50 a 61 Frescachón (Viento fuerte) Se mueven los árboles grandes, dificultad para andar contra el viento
8 62 a 74 Temporal (Viento duro) Se quiebran las copas de los árboles, circulación de personas dificultosa
9 75 a 88 Temporal fuerte (Muy duro) Daños en árboles, imposible andar contra el viento
10 89 a 102 Temporal duro(Temporal) Árboles arrancados, daños en la estructura de las construcciones
11 103 a 117 Temporal muy duro (Borrasca) Estragos abundantes en construcciones, tejados y árboles
12 118 y más Temporal huracanado (Huracán) Destrucción total


sábado, 27 de noviembre de 2010

jueves, 25 de noviembre de 2010

sábado, 13 de noviembre de 2010

El constructor de cometas de José Angel Muriel González

پتنگ سازی سے متعدد خاندانوں کا روزگار وابستہ ہے
Por primera vez en muchos días soplaba una leve brisa, cuya cálida lengua lamía la
piel maltratada por el sol. El anciano carpintero alzó el martillo y golpeó tres veces más
la pata de la mesa que estaba fabricando, hasta que quedó bien sujeta. Hubo un
tiempo, casi tan olvidado como la mayor parte de las tradiciones ancestrales, en que
sus manos trataban la madera para confeccionar todo tipo de máscaras y abalorios,
utilizados en las danzas rituales del clan al que pertenecía. Ahora, el propósito de su
trabajo, influenciado por los aires modernos que procedían del hombre blanco, era
más pragmático: la fabricación de muebles.
Meditabundo, el viejo Ndongo soltó las herramientas, examinó la mesa y, una
vez consideró que realmente había concluido la reparación, se levantó para apartarla
hacia un rincón del taller hasta que su dueño acudiera a recogerla. Desde su asiento,
el joven Nga le observaba con suma atención, estudiando cada movimiento, cada
maniobra, como el aprendiz que desea emular a su maestro.
Ndongo cruzó una mirada con Nga, en cuyo rostro infantil se reconocía un
hermoso compendio de los rasgos angoleños más característicos, y sonrió mientras se
sacudía el serrín de las manos y echaba a un lado con las sandalias las virutas que
salpicaban el suelo de tierra. Luego se asomó a la puerta durante apenas un minuto -
la calle era transitada por algún que otro viandante que paraba en los tenderetes para
aprovisionarse de fruta y hortalizas-, y suspiró antes de volver a su puesto de trabajo.
Pero esta vez, para relajarse un poco, retomó la construcción de esa cometa
que tenía abandonada en la pared desde la semana anterior. Inspeccionó su
estructura, con forma de rombo, cerciorándose de que era suficientemente fuerte para
soportar la tensión de la lona, y se aprestó a seguir cosiéndola para que estuviera
preparada para volar.
-En mis sueños, a veces siento que estoy volando –prorrumpió Nga, con el
semblante serio, muy recto sobre el respaldo de su silla-. Pero no como si fuera un
pájaro, con los brazos extendidos como alas.
-¿Cómo entonces? –preguntó el anciano. Y, al fruncir el ceño, la frente y el
cerco de los ojos se le arrugaron en una infinidad de fisuras negras, por lo que sus
ojos blancos y cansados resaltaron aún más.
-Vuelo como una cometa, como tú me has dicho que vuelan las cometas.
-Cuéntamelo.
-Vuelo con el viento, siguiendo las corrientes, como si caminara por senderos
sinuosos que se retuercen sobre sí mismos.
-Así vuelan las cometas –corroboró Ndongo, con una amplia sonrisa que dejó
al descubierto su irregular dentadura-, a expensas del viento.
-¿Y por qué construyes cometas, abuelo? Aquí casi nunca hace viento para
poder hacer que vuelen…
-Casi nunca, es cierto –respondió el anciano ante la objeción del chico, al
tiempo que aseguraba las costuras en los vértices. Por un instante, miró hacia el
exterior, donde la fuerza del aire seguía creciendo-. Pero hoy sería un buen día para
intentarlo. De todas formas, lo hago porque me tranquiliza y me distrae. Supone un
rato de descanso, entre un encargo y otro. Un día, cuando viajé a la ciudad, vi a un
niño blanco tratando de hacer volar una cometa en el parque. Naturalmente, no lo
consiguió, porque tampoco entonces corría viento. Pero se me quedó grabada en la
memoria la imagen de ese artefacto, con una larga cola de color, sostenida por un
largo cordel de hilo que se desenrollaba a medida que ascendía… Desde entonces,
empecé a construir cometas.
-¿Para qué? –insistió Nga, que no terminaba de comprenderle.
-Ya te lo he dicho, para distraerme y hacer más ameno el trabajo.
-¿No las haces para que vuelen?
-¿Tú crees que volarán? –inquirió Ndongo a su nieto después de una pausa
que prolongó intencionadamente-. Habría que probar. Hoy sería un buen día para
probarlo.
Nga bajó la mirada, apesadumbrado, alicaído de repente como si hubiera
perdido todo el entusiasmo que llenaba su vida. Pero, cada vez que bajaba la mirada,
volvía a subirla en seguida, porque abajo sólo veía lo que menos le gustaba ver.
-Yo jamás podré hacer volar una cometa, aunque haga mucho viento.
-Nga, eso no es verdad. Si tú has volado como una cometa en tu imaginación,
podrás hacer volar una en persona. Todo lo que te propongas –aseveró clavándose el
dedo índice de la mano derecha en la sien, para luego señalar hacia el niño con
vehemencia-, lo puedes hacer realidad. No lo dudes.
-¿Cómo voy a hacerlo? –protestó el niño con un gesto de dolor-. Eh, dime,
abuelo, ¿cómo voy a hacerlo?
Ndongo y Nga se miraron de hito en hito. El viejo artesano se fijó en las
cicatrices que cubrían las piernas del chico, en los muñones en que terminaban,
apoyados sobre la tabla de la silla. Dos años antes, cuando jugaba en el campo,
mientras iba a por agua a un pozo, el peso de su frágil cuerpo activó el resorte de una
mina antipersonal enterrada entre la maleza y ésta estalló, arrancándole ambas
extremidades. Afortunadamente, el hecho de ir corriendo le permitió no perder también
la vida.
-Yo te ayudaré.
Seleccionado en el II Certamen de Relatos Cortos Abaco
para su inclusión en la antología Pequeños grandes cuentos 
José Angel Muriel González
پتنگ باز
Djævlebjerget er et populært sted at flyve med drage. Børnene leger og aner intet og den dystre skæbne, der gemmer sig under deres fødder.
Folkelege, Drageflyvning og gynger, Korea, Miniark, Stemplet.

COMETAS DE LA INDIA

 



Sunderland Kite Festival


Boy running in field of flags
En un festival de cometas o papalotes en Río de Janeiro.

Cometa-blanco antiaéreo del Comandante P. Garber



En 1942 el oficial del la Armada Estadounidense Paul Garber desarrollo una Cometa para ser utilizada como blanco móvil, en el adiestramiento de los artilleros antiaéreos.
Ésta era una Cometa acrobática, que se controlaba con dos hilos desde el suelo.
Hoy en día este tipo de Cometa es bastante corriente, pero para la época supuso una autentica novedad.

viernes, 12 de noviembre de 2010